(Quiero compartir con Uds. este excelente artículo
de la Psicóloga Ana Villarrubia)
¿Por qué reímos? ¿Por qué
lloramos? ¿Por qué no podemos ahorrarnos la tristeza? Descúbrelo aquí y
deléitate después con la magistral escenificación de Pixar.
Para comprender el complejo mundo de las emociones
son necesarias tres preguntas: qué, cómo y para qué.
Sólo de esta manera cobran sentido las molestias que las emociones nos causan
cuando son incómodas así como las acciones a las que nos conducen cuando
resultan gratificantes. Tres preguntas es necesario responder si queremos
comprender lo que, a priori, se nos presenta como una paradoja, ¿por
qué pasamos a lo largo de nuestra vida por estados emocionales tan
desagradables como la tristeza o tan incapacitantes como el miedo? Antes
de nada respondamos, de una en una, a todas estas cuestiones:
En primer lugar, ¿Qué es una emoción?
- Una emoción es una reacción fisiológica (conlleva
alteraciones y cambios a nivel fisiológico),
- Es un estado afectivo subjetivo y cognitivo (etiquetado
e interpretado por cada individuo que lo experimenta de forma genuina)
- Es un fenómeno de relación social (pues
sirve para autorregular nuestro propio comportamiento y el que los demás
muestran hacia nosotros)
- Conlleva siempre un fuerte componente funcional y adaptativo (pues las emociones son necesarias para adaptarnos a la realidad, al entorno en el que nos movemos, y cada emoción fomenta un tipo de respuestas bien concretas). Nada más y nada menos que todo esto es una emoción.
Una de las cinco emociones básicas es la tristeza
Cada emoción es un concepto multidimensional, un
constructor psicológico necesario para comprender la conducta humana en el
que tienen cabida los cuatro componentes fundamentales que
acabamos de describir. Cada uno de ellos hace énfasis sobre un aspecto
distinto pero indisociable de lo que son las emociones.
En segundo lugar, ¿Cómo se manifiestan las emociones? O,
lo que es lo mismo: ¿Cómo sabemos que estamos emocionados? Con
cada emoción experimentada, sus manifestaciones fisiológicas, comportamentales
y cognitivas se hacen notar de manera más o menos abrupta, primero de forma
interna y después exteriorizándose de modo que todas estas reacciones sean
visibles desde el exterior. Una emoción se manifiesta a través de cambios
fisiológicos en nuestro organismo (palpitaciones, sudores,
coloración de la piel…), cambios comportamentales observables (expresión
facial, posición corporal, verbalizaciones y señales no-lingüísticas que las
acompañan, como el tono de voz) y cambios cognitivos (cambios
en nuestra corriente de pensamiento, aparición de ideas más o menos racionales
sobre lo que estamos experimentando).
Y, por último pero no menos importante, ¿Para
qué sirven las emociones? Pues bien, todas y cada una de las emociones
tienen un claro significado funcional que debe ser entendido a varios niveles
de forma paralela.
- Desde el punto de vista evolutivo, (Darwin, 1872) las
emociones tienen un significado filogenético: sirven para adaptarnos al
entorno físico en el que nos movemos, cuidándonos de caer en riegos
innecesarios y protegiéndonos de todo cuanto pueda atentar contra nuestra
supervivencia (un abismo por el que podamos desplomarnos o un alimento en
mal estado que pueda causarnos una grave infección).
- Desde el punto de vista social, las emociones nos
permiten comunicar a los demás cómo nos sentimos. Provocando reacciones
análogas en los demás, las emociones nos permiten tanto la autorregulación
como la regulación de las conductas que otros nos muestran a nosotros,
permitiéndonos instaurar límites en la relación social. Con todo ello, las
emociones facilitan la interacción social, nos acercan a los demás y
propician incluso conductas solidarias o pro sociales (a través, por
ejemplo, de la empatía).
- Desde el punto de vista adaptativo son las
emociones las que preparan a nuestro organismo para la acción. Disparan
todas las reacciones fisiológicas que sean oportunas para que nuestra
reacción ante lo que estamos viviendo se lleve a cabo de manera adecuada.
- A nivel motivacional, una alta carga motivacional facilita toda conducta más o
menos compleja que requiera de motivación para ser ejecutada. Una reacción
emocional positiva como consecuencia de la obtención de una meta es la que
nos impulsa a conseguir las siguientes metas, sobre todo cuando nos
planteamos objetivos a largo plazo que requieren de esfuerzo y sacrificio.
En este sentido, las emociones también favorecen el aprendizaje de nuevas
conductas.
- Y, por último, siendo el ser humano absolutamente vulnerable
durante sus primeros años de vida, son precisamente las emociones las que
permiten al bebé manifestar sus necesidades a su figura de apego y
cuidado; conllevando así una triple función evolutiva, adaptativa y de
comunicación social.
Así las cosas, parece que la complejidad de
nuestro mundo emocional ha quedado más que demostrado. Comprenderá el
lector mi asombro al descubrir la última maravilla de Pixar Animation Studios y
Walt Disney Picture, ‘Inside Out’ (‘Del revés’ en
su título en castellano). La historia de Riley, una niña de 11 años que vive en
Minnesota y tiene que mudarse a San Francisco, merece ser contada a partir del
momento en el que, quienes nos la cuentan, son sus emociones. No se trata ya de
una simple historia de madurez y adaptación a los cambios, sino de una
maravillosa alegoría sobre el funcionamiento de nuestra mente.
La conducta de Riley no es el resultado arbitrario
de los acontecimientos que la rodean. Lo que Riley hace, lo que Riley dice,
cómo Riley reacciona depende de su emociones. Disney Pixar no solo nos descubre
el apasionante mundo de las emociones sino que da forma a lo simbólico de
nuestras estructuras mentales y pone de manifiesto el papel fundamental que
nuestras emociones juegan en todas y cada una de esas estructuras. Cinco
emociones básicas (entre las cuales se echa en falta a la sexta, la sorpresa) dirigen, desde sus mandos
de control, la vida de Riley. Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo son cinco
personajes que toman forma y se complementan, a veces de aquella manera,
ayudándola a responder a todas las situaciones con las que se va encontrando en
un convulso y difícil momento de cambio.
Inside Out cuenta la historia de Riley
Estos 5 personajes conviven en los mandos de
control de la conducta de Riley y pasean por todo su psiquismo, influyendo
sobre su desarrollo. Los escenarios a través de los cuales nos
presentan la personalidad de Riley no tienen desperdicio: la Sala de Control
Emocional (Emotions’ Headquarters), las Islas de Personalidad (Personality
Islands), la Memoria a Largo plazo (Long Term Memory), Imaginalandia
(Imagination Island), la Sala de Producción de Sueños (Dream
Productions), el Inconsciente (Subconscious), el Pensamiento
Abstracto (Abstract Thougth), el Tren de Pensamiento (Train of Thougth)
y el Vertedero de Recuerdos (Memory Dump). Toda una vida emocional como
motor de nuestra identidad.
Veamos, para conocer mejor la naturaleza de estos 5
personajes, cuál es su razón de ser en la mente de Riley como en la tuya:
- Alegría: Psicológicamente permite la función adaptativa de afiliación.
Cuando estamos alegres, deseamos compartirlo con otros y, en ese acto de
compartir, tejemos nuestros vínculos más profundos. De forma inmediata,
nos volvemos más comunicativos y nos entran ganas de saber más de los
demás y acercarnos a ellos.
- Asco: Deriva de la función adaptativa de rechazo.
Rechazamos todo aquello que nos produce asco porque entendemos que “no nos
viene bien”. Esto también conlleva un significado adaptativo: por mucha
hambre que tengamos no somos capaces de comer un alimento putrefacto o
que, de forma innata, nos parece peligroso.
La Alegría y la Tristeza en la película de Pixar
- Miedo: Responde a la función adaptativa de protección.
La sensación del miedo nos conduce inmediatamente a protegernos tanto
física (alejándolos del estímulo que nos produce miedo) como psíquicamente
(evitando a nivel cognitivo aquello que nos causa temor).
- Ira: Se corresponde con la función adaptativa de autodefensa.
Manifestando ira, podemos conseguir que se aleje de nosotros aquello que
la provoca. Nos permite limitar las conductas que consideramos abusivas de
los demás hacia nosotros.
- Tristeza: Imprescindible pues permite la función adaptativa de reintegración.
Uno se queda solo, se encierra en sí mismo y acaba haciendo examen de
conciencia para encontrar soluciones y explicaciones a su estado de ánimo.
Estando tristes tratamos de auto protegernos y de animarnos,
reconstruyendo o reubicando la perdida que hemos sufrido. Sin tristeza no
hay reconstrucción de uno mismo.