Cuando nos asomamos a los ojos de nuestro interlocutor
podemos recabar detalles que revelan el sistema representacional que está
manejando en ese momento. Es lo que en PNL se llama la pista de acceso ocular.
Estas pistas se basan en las conexiones neurológicas que existen entre los
movimientos de los ojos y los mapas mentales.
Con el fin de preparar al sistema nervioso para sentir o
recuperar información, existen ciertas claves que predisponen a nuestro sistema
neurológico. El autor y experto en PNL Robert Dilts indica en su libro Aprendizaje
dinámico con PNL que la posición de los ojos desempeña un papel en la
organización neurofisiológica que facilita la representación o recuperación de
información. Este dato es especialmente relevante cuando los datos
procesados pertenecen al pasado, al presente o al futuro.
Tras analizar muchos casos, se llegó a la conclusión de que
los ojos se posicionaban dentro del globo ocular dependiendo del mapa
representacional y de la época que se estuviera evocando. Se constató que a
través de los ojos se podía diferenciar claramente si la persona estaba
pensando en pasado, en presente o en futuro. Los visuales, por ejemplo,
elevaban sus ojos y los llevaban hacia la derecha si estaban visionando algo
actual o estaban creando un posible futuro, y hacia la izquierda si estaban
recordando alguna imagen de su pasado. Esta particularidad fue muy estimada
para detectar si la persona estaba mintiendo o no en un interrogatorio
policial.
La clave, que pareció matemática, era que si los ojos
miraban hacia la izquierda estaban recordando datos, y que si se posicionaban
hacia la derecha estaban creando, imaginando o desarrollando detalles nuevos.
Es decir, la posición ocular hacia la izquierda era el pasado, y hacia la
derecha el presente o futuro imaginado.
Otro punto que quedó muy claro fue que, si la mirada iba
hacia arriba, se estaba empleando el mapa visual, si se miraba hacia el centro,
como si se leyera un libro, se estaba utilizando el sistema auditivo, y cuando
la mirada iba hacia abajo, el sistema que estaba funcionando era el
kinestésico.
Podemos comprobar que movemos y colocamos los ojos en
direcciones diferentes de forma sistemática dependiendo de cómo estamos
pensando, siendo las claves que recoge la PNL las siguientes:
·Visual recordado: cuando
visualizamos algo referente a nuestras experiencias pasadas. Los ojos tienden a
mirar hacia arriba y a la izquierda.
·Visual construido:
cuando imaginamos algo que no hemos visto antes. Los ojos tienden a mirar hacia
arriba y a la derecha
·Auditivo recordado: cuando
recordamos sonidos o palabras. Los ojos tienden a moverse en horizontal hacia
la izquierda.
·Auditivo construido: cuando
construimos sonidos o palabras. Los ojos tienden a moverse en horizontal hacia
la derecha.
·Kinestésico: cuando
accedemos a sensaciones que estamos viviendo. Los ojos tienden a mirar hacia
abajo y a la derecha.
·Diálogo interno: cuando
hablamos con nosotros mismos sobre situaciones pasadas. Los ojos tienden a
mirar hacia abajo y a la izquierda.
Estas claves de acceso ocular fueron puestas de manifiesto
por primera vez por Grinder y Bandler en su libro De sapos a príncipes.
Con ellas obtenemos información sobre el mapa con el que nos están hablando,
además de si están recordando el pasado, o por el contrario están en el
presente. Aparte de todo lo que nos aporta como diagnóstico, nos amplía la
perspectiva para responder a nuestro oyente atendiendo a sus necesidades.
Aprender qué sistema representacional es habitual en nuestra
pareja, jefe o subordinado nos abrirá las puertas a una comunicación más
cercana y a unos niveles mayores de empatía.
Podemos hacer unos ejercicios para experimentar las
indicaciones previas:
1. Invita por primera vez a algún conocido a visitar tu
casa. Cuando le abras la puerta, observa hacia dónde pone los ojos. Hay grandes
posibilidades de que eleve sus ojos hacia arriba a la izquierda, buscando
recuerdos de otras casas, de otras vivencias en algún hogar. Es la forma en la
que evocamos imágenes, y tu amigo acudirá a recuerdos similares.
2. Piensa ahora qué sentirías si tus dedos estuvieran
acariciando terciopelo. Al pensarlo, seguramente tus ojos se han dirigido hacia
abajo y a la derecha. Intenta también pensar sobre una situación tuya que
necesites revisar. Es posible que hayas bajado tu cabeza y que tus ojos hayan
mirado hacia la izquierda.
Espero que los conceptos expuestos
sirvan para una buena sesión de coaching.
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