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Prevención

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Fundamentación de los Juicios

Las personas estamos constantemente emitiendo juicios y lo hacemos sobre prácticamente todo lo que observamos. Los juicios son procesos de pensamiento, son como veredictos que hacemos en un momento dado sobre las personas, las cosas, las situaciones, etc.

Como tales, muchas veces terminan formando creencias, y estas a su vez pueden originar juicios. Además, se manifiestan en determinadas declaraciones e influyen en nuestro propio comportamiento o en el de los demás. Sin duda, producen un impacto no sólo sobre nosotros mismos y nuestra capacidad de acción, sino en aquello sobre lo que emitimos el juicio, ya sea en la persona que recibe el juicio, en la situación objeto de nuestros juicios, etc.

Validar los juicios marcará la diferencia tanto comunicacional como emocional. Como un ejemplo didáctico les dejo este pequeño cuento y dígame si Ud. no emite juicios...?

"Una niña tenía dos manzanas en su mano. Su mamá se le acerco y le preguntó a su hija si le daría una manzana.

La niña rápidamente mordió una y luego la otra. La mamá sintió como que se le congelo la sonrisa y trato de no mostrar su decepción. Pero la niña le pasa una de las manzanas y le dice: "toma mamita, esta es la mas dulce.".
NO importa cuanta experiencia o conocimiento crees que tienes, nunca hagas juicios. Ofrécele al otro la oportunidad de dar una explicación. Lo que percibes puede no ser la realidad..!!

CARTA A UN HIJO DE UNA MADRE COACH

El Coaching que se le puede hacer a un hijo es el Coaching mas PURO y mas COHERENTE que pueda existir porque va cargado de un amor ÚNICO y por eso tu hijo siempre te aceptara como su tutor y guía en su vida aunque no te lo diga hasta el final de esa relación hermosa.

Nuestros hijos no necesitan ver que sus padres lo hacen todo perfecto: necesitan unos padres que a veces se equivocan pero que luego corrigen sus errores. Para los hijos es fundamental ver en los padres esta filosofía del aprendizaje. Es decir, ver a personas que tienen fallos, pero que son capaces de aprender nuevos comportamientos y nuevas formas de ser ante las cosas. La coherencia entre lo que nosotros hacemos y lo que les pedimos a ellos, será la auténtica lección que reciban.

HIJO NO TE PROMETO...

No te prometo, hijo, impedir que tropieces, ni estar pegado a ti para asistirte en la caída. Te estorbaría mi excesiva protección, y te haría extremadamente dependiente. Pero sí te prometo estar ahí, para cuidar tus raspones.

No te prometo, hijo, donarte mi experiencia. No podría ser tuya. Tendrías que adquirirla en carne propia. Pero prometo estar disponible cuando solicites mi consejo.

No te prometo, hijo, solucionar tus problemas, aunque lo haría todo por ti. La solución suele estar en tus manos y no en las mías, pero prometo ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras desahogarte.

No te prometo, hijo, evitarte sufrimientos. No puedo cegarte a la realidad, porque a veces sufrir es necesario para aprender a ser fuerte, pero prometo ofrecerte mi hombro cuando necesites consuelo.

No te prometo, hijo, darte todo lo que quieras. En todo caso es mejor que aprendas que los caprichos y las modas no son importantes pues se olvidan en cuanto se consiguen; pero prometo hacer el mayor esfuerzo para darte lo necesario.

No te prometo, hijo, que serás tú el centro de mi atención; necesito también atender otros asuntos por tu bienestar y el de toda la familia, pero prometo no descuidarte y dedicar un tiempo especial sólo para ti.

No te prometo, hijo, caerte bien en todo momento. A veces no te gustará lo que yo diga o haga, porque tengo la obligación de guiarte por el camino correcto.

No te prometo, hijo, estar a tu lado siempre. Soy mortal como cualquier humana Pero prometo enseñarte que existe una madre que sí es eterna y a quien podrás acudir siempre que quieras.

No te prometo, hijo, ser una madre perfecta pero prometo poner todo mi amor en el intento.     TE QUIERO...!!!!!

Tres Temores que te Resisten al Cambio

Cuando el sistema se encuentra en equilibrio y percibe la amenaza de la inestabilidad e incertidumbre que traen consigo las modificaciones, se da la resistencia al cambio, la cual es una reacción esperada por parte del sistema y se puede definir como aquellas fuerzas restrictivas que obstaculizan un cambio.

La resistencia al cambio es un fenómeno psicosocial que nos muestra básicamente tres aspectos:
  • Habla de la importancia que el sistema concede al cambio. 
  • Informa sobre el grado de apertura que la organización tiene.
  • Facilita la detección de los temores que el sistema experimenta y los efectos que presiente.

Las organizaciones están integradas por varios individuos, por lo que el efecto multiplicador de la resistencia individual, hace que la habilidad de una organización para cambiar, sea más lenta y más difícil de lograr que la de un individuo. Sin embargo, lo más importante es que la organización tenga dicha habilidad para cambiar, ya que si no lo hace, no sobrevivirá.

Cuando el cambio llega voluntariamente, es más fácil de asimilar, ya que generalmente existe una actitud positiva hacia ese cambio y se sabe lo que éste involucra y en qué punto la situación va a ser diferente. Cuando el cambio es impuesto por la organización, la reacción con frecuencia es negativa o es más difícil de asimilar, ya que existen dudas sobre cómo afectará el cambio en la rutina diaria o en el futuro. Muchos trabajadores se sienten amenazados por el cambio, la organización debe eliminar esa amenaza, de lo contrario la organización se verá afectada.

Por naturaleza somos resistentes al cambio. Eso no tiene que ser una condición permanente en tu vida. A continuación te menciono 3 Temores que te resisten al cambio y que afectan todas tus áreas tales como: individual, familiar, laboral, negocios y finanzas.
  1. TEMOR AL FRACASO
  2. TEMOR A LA CRÍTICA
  3. TEMOR AL ÉXITO
1. TEMOR AL FRACASO

Es el miedo más frecuente. Siempre aparece al pensar en emprender algo nuevo. Cuando el fracaso se conoce o se percibe como algo doloroso, todo nuestro ser resistirá la idea de pasar “otra vez” por algo similar: un divorcio, una pérdida económica, un despido, repetir un año académico, un nuevo jefe que parece amigable, un empleado que no muestra mucha capacidad, etc.

Hay una forma de eliminar este temor, o al menos minimizarlo. Los grandes hombres de la historia como Thomas Alva Edison, Abraham Lincoln, Mahatma Ghandi, Simón Bolívar, sufrieron reveces en sus vidas. Pero ellos también descubrieron que: el fracaso es el paso anterior al éxito, el punto está en seguir dando un paso más ante cada derrota. Las personas de éxito no son triunfadoras por no haber fracasado nunca, más bien porque convirtieron sus fracasos en el fundamento de sus victorias.

Fracasar significa haberlo intentado y aquí está la diferencia entre los perdedores y los triunfadores: los perdedores no han intentado nada en su vida o han renunciado; los triunfadores lo siguen intentando hasta conseguir su visión. Transforma tu entendimiento de fracaso como la mayor experiencia que vas a tener antes de un gran triunfo.
El fracaso puede ser el paso anterior al éxito.

2. TEMOR A LA CRÍTICA
Este miedo regularmente nace en círculos de amigos. Por lo general afecta a quien quiere pasar la raya de lo cotidiano y ser diferente a los estereotipos sociales o de la comunidad donde vives. Muchas veces va mezclada con prácticas populares y hasta insanas o inmorales. Veamos 2 ejemplos:

- El chico que nació en el barrio y que se suponía debía ser como los demás – pobre, marginado, inadecuado. Será criticado si presume podrá salir de su condición, estudiando, trabajando, dedicándose a ser mejor cada día.
- Alguien con problemas de conducta, alcohol, juegos de azar, infidelidad. Esta persona será criticada por sus pares, amigos cercanos, con quienes por mucho tiempo ha compartido sus “hobbies”; si decide repentinamente querer cambiar su rutina muchas veces insana- de vida.

Estos casos solo se asemejan en un punto: pensar en querer ser mejor, crecer, madurar. El verdadero problema está en la inmadurez, que se refleja en una baja autoestima. Esta inmadurez lleva a buscar aprobación de otros; papá, mamá, amigos, pareja, etc. Esperan un ME GUSTA. Sin aprobación y al ser criticados por sus decisiones prontamente renuncian a sus pretensiones de hacer los cambios necesarios.
Este temor puede ser erradicado totalmente, aunque tal vez amerite un poco de tiempo, a través de construir una autoestima sana, lo que permitirá MADURAR. Para ello es imprescindible buscar ayuda externa. Al saber quién eres, qué quieres, cuál es el propósito de tu vida, establecer tus metas y comprometerte a alcanzar tu máximo potencial, el temor a la crítica será una cosa del pasado.

3. TEMOR AL ÉXITO.
Este temor es paradójico, y a primera vista parece algo descartable. Pero es muy real.
Una vez que se ha planificado, erigido una estrategia para alcanzar metas (personales, familiares, corporativas), teniendo casi todos los riesgos medidos, puede ocurrir una pregunta inesperada: ¿Qué haré cuando triunfe? ¿Cómo haré para mantener el éxito que conseguiré?

Hay una historia muy jocosa sobre un joven de 16 años que en una apuesta con sus amigos, en la cual debía invitar a una cita a una chica de 19 años, quien era la más pretendida del colegio. Era evidente que ella no aceptaría, pero la apuesta solo trataba sobre proponer salir, así que el chico asume el reto e invita a la chica, inesperadamente la chica acepta gustosa. Tras esta respuesta, el muchacho entra en pánico y se pregunta ¿y ahora qué hago? ¡se suponía que me diría que no!

Esta crisis de miedo al éxito ocurre también a quienes tienen un plan, para quienes miden riesgos. Este temor puede ser eliminado al ser CONSCIENTE de tus capacidades. Un día podrías preguntarte ¿si me dice que sí?, ¿si me dan esa oportunidad?, ¿si les gusta mi producto?, entonces recuerda: HAS CREADO Y ESPERADO ESTA OPORTUNIDAD, es tuya y nadie más puede hacerlo como tu. Por ello te invito a conocerte (debilidades y fortalezas), a prepararte, establecer metas y elaborar un plan. Aquellos que no tienen un plan nunca sabrán lo que realmente son capaces de hacer ni saben con exactitud dónde se encuentran. Si has planificado para el éxito, este llegará tarde o temprano, cuando toque a tu puerta podrás recordar que TÚ LO PLANIFICASTE.

Como podemos ver los temores no son totalmente malos ni tus peores enemigos, con la perspectiva correcta, pueden ser tus mayores propulsores de mejoramiento personal y profesional. De cierto, son como la luz amarilla de un semáforo que representa el alerta. Con ellos podrás evaluar las circunstancias de las decisiones que estás tomando, pero definitivamente no son una luz roja que deben paralizarte. Recuerda: Los cambios no siempre son cómodos, pero siempre te permiten crecer.

Cambia...!!! antes de que cambiar, sea la única opción que te quede.